dijous, 16 de febrer del 2012 (17:35)
Si en la primera entrada del blog comentaba el terror padecido al descubir que, aparentemente, todos los excusados se encontraban embozados, y que pese a no ser así, la visión resultante siguió siendo igualmente terrorífica, hoy voy a narrar como, a la hora de lavarse las manos, cuando crees que...