diumenge, 4 de agost del 2013 (10:42)
La falta de oxígeno hacer perder la memoria, pero no la consciencia. No he comenzado a recordar hasta pasados unos días, cuando ya en casa, mis nietos me pedían que les contase historias sobre mi último viaje, y me he quedado como la montaña… helado… en blanco. Hoy me siento...