dimecres, 16 de novembre del 2016 (00:53)
Entendí lo sencillo que podía ser cada mecanismo; cómo el tacto implicaba en sí mismo la instantánea destrucción de la huella; cómo a veces no la profundidad, sino la superficie del ojo podía contener la única revelación posible.los habías cerrado momentáneamente y sin embargoya es de díaes de día ya...