dijous, 26 de desembre del 2024 (21:06)
No me era extraño el resplandor del relámpago; no me era extraño el rayo. Con una experiencia envidiable en ambas cosas, no me era extraño el aguacero: el aguacero y luego el sol y el arcoíris. Ella volvía de la Ciudad Vieja con sus dos hijas, y se hal...